Brokeback Mountain chicano way…y la cena de Nochebuena mas triste del mundo

Retrocediendo un poco en el tiempo mencionare, aunque sea de pasada mis aventuras navideñas, cuando, por morriña o lo que fuera nos fuimos a buscar el frió y el hielo dentro de México (debo de ser, de largo, el becario tropical que mas frió ha pasado estas fiestas)….

Y digo frió y hielo porque esta Navidad las pasamos en las tierras altas de Chihuahua, en las Barrancas del Cobre con unos paisajes que bien podrían ser una mezcla entre Montana y Alaska y donde todas las noches helaba…y mucho…. Así que nos fuimos nuevamente un viernes a la tarde corriendo del D.F.; donde perdimos a la mitad del grupo en el aeropuerto (o mas bien camino de el mismo), para no reencontrarlos hasta que hubieron recorrido 36 horas de nada en autobús!

Disfrutamos de un viaje en un tren como los del Far-West entre el Pacifico (donde dormimos en un hotel, baratísimo, eso si, donde el resto de los clientes eran sicarios o profesionales de la noche) y Chihuahua en el cual vimos un Cañón mas grande que el del Colorado y demostré que mi vértigo es cosa del pasado; compramos cosas a los indios tarahumaras, sin duda los peores vendedores del mundo (nunca tenían cambio, y pasaban olímpicamente de vender nada, tenias que esforzarte tu en comprar), lucí mis (nulas) habilidades como jinete, vi una cascada de hielo y demostré que soy el mejor jugador de comemierda del mundo; fueron tres dias en los que tuve una vida campestre como no tenia hace décadas, despertándome al amanecer y acostándome al anochecer, tres días en los que estando en México parecía que estabas a mas de dos mil km al norte

De la cena de Nochebuena….mejor ni hablar, el proyecto inicial era tomarla en la cafetería del tren; idea que hasta nos hacia gracia y cierta ilusión…hasta que nos montamos en el tren y nos dijeron que la cafetería cerraba en 15 minutos (no eran ni las seis…) así que lo único que pudimos hacer fue acopio de patatas fritas, cocacolas y m&m´s para al menos no perecer de hambre…y comérnoslo mas tarde titiritando en el hall de un motel de carretera en Chihuahua donde no haría mas de 10 grados (en las habitaciones hacia mas frió)…pero bueno…al menos no creo que sea fácil de olvidar y ya nos resarcimos a base de foie y jamón ibérico el día de navidad ya en nuestra “casa” de D.F.