Crónicas Chilangas: capítulo primero

Aunque las fotos están en un desorden terrible (culpa de mi editora) voy a narrar un poco mis primeros días por el D.F.
La ciudad, tal y como la recordaba es una pasada; una mezcla rara entre una ciudad tercer mundista y una ciudad primer mundista; hay grandes zonas que casi parecen Europa y otras que parecen Guatemala o cualquier país centroamericano.
Nuestro barrio mas bien habría que clasificarlo en el primer grupo…. extremo, porque ni siquiera hay comercio normal, Louis Vouitton es la tienda mas cercana a casa; y es el estilo del barrio…y lo peor es que residencialmente no es ni de lejos el mejor barrio de la ciudad, que hay zonas que ni O.C.

El mismo día que llegamos nos fuimos de fiesta con unos becarios de segunda fase (hay más de 10); el tema estuvo muy bien; pero nos pasó algo que me temo puede acabar siendo habitual este año… sólo estuvimos con españoles; y es que con una colonia tan inmensa como la que hay aquí es casi imposible salir de la burbuja.
Y el domingo ya nos tocó nuestra primera ración de turismo; nos fuimos de paseo al centro y tras un breve y agradable paseo (de hora y media) por el Paseo de la Reforma (la 5th Avenida del D.F.); y tras pasar su cruce con Insurgentes, la calle mas larga del mundo y la otra calle central de la ciudad llegamos al centro; aquí vimos la Alameda, la Opera, la Torre Iberoamericana (el primer rascacielos de Latinoamérica) y finalmente el Zócalo, donde había, un concierto pagado por el Ayuntamiento, y apoyado contra la Catedral en conmemoración del Ché… ahí se ve una de los problemas identitarios de México a lo largo de su historia... teóricamente Revolucionario y en realidad ultraconservador.
El siguiente sábado nos fuimos a San Ángel, un barrio precioso, que podríamos decir bohemio, lleno de mercadillos de pintores y antigüedades…y lleno de “güeros” (blancos) y mexicanos “fresas” (pijos). De allí nos fuimos a Coyoacán (cuya foto inaugura el artículo… que era mas de lo mismo, pero mas feo y autóctono donde disfrutamos de la boda mas hortera jamás imaginada… y nos compramos un Risk, para seguir siendo imbatible cuando vuelva a España.
Otro día comentaré nuestra visita al mítico estadio de “La Mano de Dios”; el legendario Azteca… y mis primeras (y espero que útimas) sensaciones a 4.800 metros de altitud, de las que aún no me he repuesto.
Mención aparte debería de tener la fiesta de la embajada del 12 de octubre… pero esos chascarrillos no deben de ser públicos, no vayamos a crear una crisis diplomática... simplemente os dejo unas fotos de cómo fui para todos los que decís que jamás he usado un traje… (hasta gemelos use, y es que, todavía hay clases…).